«En el taller tuve la oportunidad de realmente escuchar a mi cuerpo y de poner atención a unas partes que me generaban dolor, me di cuenta de que no le hago caso como debería, me obligo a resistir y a continuar a pesar de las cosas que me duelen y ese día pude darme chance de escuchar, que partes no estaban funcionando bien, que partes dolían y a través de los ejercicios pude conectar un poco más. » Itzel (participante del taller de Ritmo y Movimiento)